ilustración literaria de máximo ribas para la revista sobremesa, aparecen en la ilustración máximo ribas y el escritor jose manuel vilabella

Ilustración literaria para al revista Sobremesa (337), de Máximo Ribas, sobre los colaboradores de la sección hasta la cocina donde escribe José Manuel Vilabella e ilustra Máximo Ribas

 

Ilustración literaria para al revista Sobremesa

Empiezo por usar una palabra que esta en desuso: autorretrato, en lugar de otra que es un neologismo selfi, de la voz inglesa selfie o selfy. En el texto de Vilabella se describe la sección hasta la cocina y sus protagonistas: el propio escritor, Vilabella y el que escribe estas líneas, Máximo Ribas, que ilustra desde 1996 en la revista Sobremesa en otras secciones. Antes fue el ilustrador, ballesteros, el que estuvo a cargo de esta sección, yo sólo llevo unos 10 años... 🙂 casi nada.

 

En esta ilustración literaria he empleado la mezcla de la fotografía, que he simplificado, con la pintura. Esta fusión entre pintura y fotografía es interesante y llamativa.

 

Parto del texto de José Manuel Vilabella para realizar esta ilustración literaria, "El tango": "Reviso mi agenda y, ¡oh, cielos!, me encuentro con la agradable sorpresa de que este mes de octubre hace veinte años que empecé a colaborar en Sobremesa. Ya sé que eso no es noticia digna de mención, que solo forma parte de mi intimidad profesional, que no le importa lo más mínimo a ningún lector de esta publicación. No obstante, como me alegra el suceso, me pongo delante del espejo y qué veo. Pues un chico joven, de barba, alto, guapo, con buena pinta. Me enfado y le digo a mi nieto Santiaguiño que se aparte, que hoy quiero el espejo solo para mí, que deseo contemplarme de cuerpo entero, observar mi rostro lleno de arrugas, mi cráneo mondo y lirondo y, en plan masoca, regodearme con dolor en los estragos que el tiempo ha hecho en mi galanura perdida.

El tango, ya saben, dice que veinte años no es nada, pero el tango miente, y la milonga, su hermanita del otro lado de la frontera, mucho más. Empecé en Sobremesa como crítico y después, brincando de página en página, hice reportajes, noticias, cubrí congresos y, por último, aterricé como buenamente pude en esta página. ¡Ya soy columnista, mamá!, le grite a mi difunta madre por teléfono, y la pobre, que estaba muy sorda, me contestó: ¡comunista, te has hecho comunista! Qué alegría me llevé cuando me dieron una habitación para mí solo y además con ilustradores exquisitos, ahora con el fabuloso Máximo Ribas y antes con el nostálgico José Ramón Ballesteros".